Un umbráculo es un lugar cubierto de ramaje u otros materiales: un espacio de sombra en el que crecen plantas al abrigo de la luz del sol. Umbráculo, umbracle en catalán, es también el título de una película filmada de forma clandestina por Pere Portabella en 1972: una indagación en los mecanismos formales de la representación cinematográfica y un grito radical contra la censura franquista.

A lo largo del Curso 2019-2020, el equipo de investigación del proyecto Zinemaldia 70: todas las historias posibles, formado por investigadores y estudiantes de Elías Querejeta Zine Eskola, se ha adentrado en una de las principales zonas de sombra de la historia del Festival de San Sebastián: su compleja relación con los mecanismos de la censura franquista. Como escaparate internacional del régimen, el festival supuso un espacio de relativa apertura tutelada: por su programa pasaron películas que tardarían años en llegar a las pantallas comerciales. Sin embargo, precisamente por su importancia estratégica, en su seno también se dieron operaciones de control que no solo siguieron los procedimientos ordinarios de la censura gubernamental, sino que, en ocasiones, los llevaron mucho más allá.

En esta segunda jornada pública del proyecto Zinemaldia 70 se presentarán las conclusiones del trabajo realizado por el equipo de investigación a partir de documentos provenientes del archivo del Festival de San Sebastián y otras colecciones, muchos de ellos inéditos. Los casos de estudio se centrarán en tres escenas de censura: la polémica que rodeó al Primer Encuentro de Estudiantes de Cine celebrado en 1960, los problemas que conoció la retrospectiva New American Cinema programada en 1968 y la tensa edición de 1971, marcada por la prohibición de las películas Canciones para después de una guerra (Basilio Martín Patino, 1971) y Liberxina 90 (Carles Duran, 1970).

Abrir el archivo, por tanto, para entrever experiencias en un territorio de sombras. Como el Christopher Lee que vaga por la película de Portabella, también nos toparemos con los rastros, ambigüedades y matices del pulso que marcó la última década de la dictadura: los esfuerzos por ampliar las fronteras de lo decible y lo visible y los límites, tajantes, que impuso el autoritarismo franquista.